martes, 6 de octubre de 2009

Científicos Ilustres: George Gaylord Simpson

Hoy se han cumplido 25 años del fallecimiento de uno de los paleontólogos y estudiosos de la Evolución más reputados del siglo XX.

George Gaylord Simpson (1902-1984)

Numerosas páginas han sido dedicadas a este investigador. Desde aquí recomendamos especialmente la creada por L.F. Laporte. Lo que viene a continuación no es más que un breve apunte de lo que fueron su vida y sus principales aportaciones científicas.

Nacido en Chicago y criado en Denver, fue un niño con gran curiosidad e interés por el aprendizaje. De hecho solicitó a sus padres un préstamo para poder comprar la Enciclopedia Británica, que sería la primera adquisión de lo que se convertiría con los años en una enorme biblioteca. Y uno de sus mayores intereses se desarrolló en torno a la Naturaleza, que tanto visitaba en las cercanas Montañas Rocosas.

Debido a su gran inteligencia pudo saltarse varios cursos del instituto, y a los dieciseis años ingresó en la Universidad de Colorado, donde inició sus estudios de Geología y Paleontología. En su último curso decidió trasladarse a la Universidad de Yale, pues este era el mejor lugar para concluir su formación en estas disciplinas. Durante ese año se casó y, tras un viaje a Francia para superar el curso de idioma extranjero, se graduó en 1923.

Seguidamente inició sus estudios de doctorado a partir de un material encontrado en los sótanos del Museo Peabody de Yale. Su tesis doctoral sobre mamíferos mesozoicos del Oeste de Estados Unidos fue finalizada en 1926, tras lo cual se marchó de "estancia postdoctoral" al Museo Británico de Historia Natural, donde permaneció algo más de un año. Durante ese periodo combinó el estudio del material de mamíferos mesozoicos europeos con los viajes turísticos al viejo continente.

En otoño de 1927 consiguió una posición en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York como ayudante del conservador de fósiles de vertebrados. En los siguientes años siguió formándose como paleomastó- logo y desarrolló un gran interés por las faunas sudamericanas. Pasó una buena parte de tiempo tratando de convencer a algún patrocinador (algo harto difícil en los años de la Gran Depresión), hasta que a base de muchas tertulias y botellas de alcohol consumidas consiguió persuadir a un potentado que financió sus dos expediciones a Patagonia, en 1930-31 y 1933-34. En sus últimos años confesó que le hubiera gustado tener más de un hígado que poder sacrificar por su museo. El libro derivado de esos viajes, "Attending Marvels", alcanzó gran notoriedad entre el público lo cual convirtió rápidamente a Simpson en un personaje relativamente conocido entre los no paleontólogos. No obstante, no pudo disfrutar de esta fama pues su vida personal estaba pasando por un mal trance; en 1938 se divorció de su esposa.

En los siguientes años se casó por segunda vez, se convirtió en el primer presidente electo de la recién fundada "Society of Vertebrate Paleontology" y, en medio de la II Guerra Mundial, se alistó en el cuerpo de inteligencia del ejercito de los Estados Unidos. Durante 1943 estuvo en el Norte de África bajo las órdenes de Eisenhower y participó en la invasión de Sicilia y el Sur de Italia durante el verano de ese año. Posteriormente regresó al Norte de África, donde permaneció hasta su vuelta a Estados Unidos aquejado de hepatitis.

Durante esos años sus intereses como investigador derivaron hacia aspectos más teóricos en relación con la evolución. Su pensamiento evolutivo fue culminado en 1944 con la publicación de su obra más conocida, "Tempo and Mode in Evolution". Un año después sacaba adelante otro título básico para los estudiosos de los mamíferos, "Principles of Classification and a Classification of Mammals". Este segundo libro constituyó el primer compendio moderno de todos los mamíferos actuales y extintos del globo, constituyendose en la clasificación oficial de los mamíferos durante la segunda mitad del siglo XX, hasta que el avance de nuestros conocimientos sobre las relaciones filogenéticas entre los diferentes grupos y el descubrimiento de nuevos fósiles lo han dejado finalmente obsoleto. Por otro lado, "Tempo and Mode in Evolution" constituyó una contribución primordial para el avance de lo que dió en llamarse la Nueva Síntesis Evolutiva, que aunaba aproximaciones desde muy diversos campos científicos (Genética, Paleontología, Citología, Ecología, Sistemática, Biogeografía, etc...). Uno de los problemas existentes en ese momento era la imposibilidad de aplicar la visión gradualista de la evolución al registro fósil, tan cargado de variaciones bruscas y largos periodos de estabilidad. Smpson propuso la existencia de variaciones en las tasas evolutivas de diferentes poblaciones, lo cual podría permitir grandes cambios evolutivos en tiempos muy cortos y sin dejar apenas ninguna evidencia en el registro fósil. Es lo que llamó "evolución cuántica", pudiéndose considerar una idea precursora del equilibrio puntuado. El libro de Simpson supuso una primera aproximación entre los campos de la macroevolución, tal como se entiende a partir de los patrones observados en el registro fósil, y la microevolución derivada de los estudios de genética de poblaciones. Junto a Mayr, Haldane, Rensch, Stebbins o Dobzhansky, entre otros, se convirtió en uno de los principales "arquitectos" de las nuevas ideas que marcarían el desarrollo de las investigaciones evolutivas de las siguientes décadas.


A su regreso a los Estados Unidos fue nombrado director del recién reformado Departamento de Geología y Paleontología del Museo Americano de Historia Natural y también se hizo cargo de una posición como profesor de Paleontología de Vertebrados en la Universidad de Columbia, Nueva York. En 1946 participó en la fundación de la "Society for the Study of Evolution", de la cual fue nombrado presidente.

En 1951 publicó "Horses" donde rompía con la tradicional visión lineal acerca de la evolución de los caballos. En su lugar, él propuso una historia evolutiva compleja y más parecida a un árbol profundamente ramificado. Estas ramificaciones se correspondían a la adaptación de diferentes poblaciones a distintos ambientes o a la dispersión en diversas áreas geográficas.

En 1959 renunció a su puesto en Nueva York para ocupar una posición en el Museo de Zoología Comparativa de la Universidad de Harvard. Tanto ese año como el antrior se celebraba el primer centenario de la exposición pública de la teoría de la evolución basada en la selección natural y de la publicación del "Origen de las Especies" de Darwin, lo cual supuso un nuevo motivo de exposición pública para Simpson, que incluso recibió la Medalla Conmemorativa Darwin-Wallace de la "Linnean Society" en Londres, en las mismas salas donde un siglo antes se había expuesto la nueva teoría evolutiva desarrollada conjuntamente por Darwin y Wallace.

En los siguientes años realizó numerosos viajes para visitar colecciones de museos en todo el mundo y recibió múltiples honores. Siguió trabajando incansablemente y uno de sus trabajos más conocidos de esa época es "Species density of North American recent mammals", donde estipula las razones ecológicas de la diferente abundancia de especies de mamíferos en distintas partes del continente norteamericano.

En 1967 se trasladó a Tucson, donde ocupó una posición como profesor de Geociencias en la Universidad de Arizona. Sus actividades se limitaban a una pocas clases y unas reuniones semanales con estudiantes y profesores interesados en diversas cuestiones sobre Evolución. Su ritmo de trabajo no decayó y continuó publicando libros, ensayos y artículos sobre mamíferos cenozoicos, fauna sudamericana, pinguinos, Darwin, o fósiles y la historia de la Vida, así como su autobiografía.

Durante la última década de su vida, Simpson terminó por convertirse en una memoria de su pasado, a medida que nuevas ideas evolutivas se abrían camino y el campo científico al que había dedicado toda su vida cambiaba una vez más.

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