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lunes, 6 de junio de 2011

Breve historia de la Paleontología, II: el siglo XX

A finales del siglo XIX, tras el desarrollo de la teoría evolutiva basada en la selección natural, numerosos museos fueron creados tanto en Europa como en Norteamérica para exhibir al público los descubrimientos realizados por las cada vez más abundantes expediciones de recolección de fósiles, así como para fomentar su estudio científico. Es la época de paleontólogos tan reconocidos como Jean Albert Gaudry (1827-1908), Thomas Henry Huxley (1825-1895), Othniel Charles Marsh (1831-1899), Edward Drinker Cope (1840-1897), Henry Fairfield Osborn (1857-1935), Eugène Dubois (1858-1940) u Otto Jaekel (1863-1929), y de descubrimientos tan reputados como el esqueleto casi completo de Iguanodon de Bernissart, los especimenes de Archaeopteryx de Solnhofen, los innumerables dinosaurios del Norteamérica, la fauna miocena de Pikermi, los múltiples équidos del Terciario del Oeste de los Estados Unidos o los restos de “Pithecanthropus” en Java.


Sin embargo, y a pesar del relanzamiento de los estudios paleontológicos, una buena parte de la disciplina permaneció restringida el estudio morfológico e incluso las ideas evolutivas basadas en la selección natural no fueron plenamente aceptadas por la mayoría de los paleontólogos durante las primeras décadas del siglo XX (Bowler, 1990). Muchos trabajos se podrían adscribir a una especie de Neo-Lamarckismo basado en el concepto de recapitulación, según el cual los procesos ontogenéticos podían extenderse para dar lugar a procesos evolutivos. La existencia de evidencias de evolución paralela tuvo como consecuencia el desarrollo del concepto de ortogénesis, basado en la existencia de fuerzas internas a los organismos y que dirigían su evolución. Hubo de esperarse hasta la década de los 40, cuando George Gaylord Simpson (1902-1984) publicó "Tempo and Mode in Evolution" y se desarrolló plenamente la Síntesis Evolutiva Moderna, para que los paleontólogos abrazasen sin reparos los estudios evolutivos. A partir de ese momento proliferaron los trabajos que planteaban escenarios evolutivos basados en la selección natural y hubo un mayor interés por aspectos microevolutivos en poblaciones locales.

La aceptación en los años 60 del siglo XX y posterior desarrollo de la tectónica de placas supuso una nueva revolución teórica a la que la disciplina de la Paleontología tuvo que adaptarse, abandonando las propuestas de puentes terrestres e hundimientos continentales como maneras de explicar la distribución geográfica de los organismos actuales y pasados. Por otro lado, en el campo de la Biología se produjo un progresivo incremento del interés por los estudios ecológicos, en relación con la creciente percepción del impacto antrópico en los ecosistemas. Dentro de nuestra disciplina, el desarrollo de estas áreas de investigación tuvo como resultado un aumento de los estudios paleobiogeográficos y paleoecológicos (Valentine, 1990). Además, también comenzó por aquel entonces el estudio de las primeras formas de vida terrestre (Awramik, 1971) y se confirmó la preeminencia de la biota de Ediacara (Glaessner, 1959), lo cual propulsó los estudios de fósiles precámbricos. Esas son también las fechas de la reapertura de las excavaciones en Burgess Shale (Briggs et al., 1994; Conway Morris, 1998). Estos trabajos pusieron de manifiesto la complejidad de los eventos evolutivos que dieron lugar a los filos modernos.


Finalmente, los años 70 del siglo XX vieron el surgir de los estudios macroevolutivos a partir del trabajo de Niles Eldredge y Stephen Jay Gould (1972) sobre el “equilibrio puntuado”, que marcará un cambio de paradigma frente al gradualismo filético imperante hasta el momento. El desarrollo de esta pugna entre gradualismo y puntuacionismo a lo largo de las siguientes décadas ha tenido su reflejo en un debate paralelo sobre las causas últimas de los procesos evolutivos, que pueden verse tanto en las interrelaciones ecológicas dentro de las comunidades, del modo propuesto por ejemplo en la “Teoría de la Reina Roja” de Leigh Van Valen (1973), como en la existencia de factores externos (cambios climáticos, movimientos tectónicos, etc…) que fuerzan la evolución de los organismos como propone Elisabeth S. Vrba (1980, 1992) en la "Teoría del Hábitat". Estos dos enfoques, son herederos de las diferentes perspectivas que mantenían Darwin y Wallace acerca del principal motor evolutivo; mientras el primero enfatizaba la competencia entre individuos para incrementar la supervivencia y la reproducción, el segundo daba mayor preponderancia a la biogeografía y las presiones ambientales sobre las especies. Derivaciones de estas líneas de investigación se pueden ver en los trabajos relacionados con lo que se conoce como “selección de especies” (Stanley, 1975), o el estudio de la diversificación biológica (Sepkoski, 1978) y las extinciones en masa (Raup & Sepkoski, 1984; Jablonski, 1986).

En las últimas décadas del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI el énfasis se ha desplazado hacia el desarrollo de nuevas técnicas y métodos para responder al mismo tipo de preguntas que ya se vienen haciendo desde hace tiempo: ¿Cómo eran y cómo vivían los organismos extintos a los que pertenecen los fósiles que estudiamos? ¿Cómo se relacionan filogenéticamente, entre ellos y con los organismos actuales? ¿Cuál fue la estructura biogeográfica y ecológica de la Biosfera en el pasado? ¿Cómo operan los procesos evolutivos? Para responder a estas cuestiones se está profundizando en aspectos tales como la morfología funcional, la ecomorfología, la filogenia cladista o la modelización cuantitativa y cualitativa, además de establecerse nuevos lazos de colaboración con otras disciplinas con el desarrollo de la microestratigrafía, la geoquímica, la paleosinecología o la morfometría geométrica (Hoffman, 1990).


Referencias
  • Awramik, S.M. (1971) Precambrian Columnar Stromatolite Diversity: Reflection of Metazoan Appearance. Science, 174: 825-827.
  • Bowler, P.J. (1990) Darwin to Plate Tectonics. En: Paleobiology (eds.: Briggs, D.E.G. & Crowther, P.R.), pp. 543-547. Blackwell, Oxford.
  • Briggs, D.E.G., Erwin, D.H. & Collier, F.J. (1994) The Fossils of the Burgess Shale. Smithsonian Institution, Washington.
  • Conway Morris, S. (1998) The Crucible of Creation: The Burgess Shale and the Rise of Animals. Oxford University Press, Oxford.
  • Eldredge, N. & Gould, S.J. (1972). Punctuated equilibria: an alternative to phyletic gradualism. En: Models in Paleobiology (ed.: Schopf, T.J.M.), pp. 82-115. Freeman Cooper, San Francisco.
  • Glaessner, M.F. (1959) The oldest fossil faunas of South Australia. International Journal of Earth Sciences, 47: 522-531.
  • Hoffman, A. (1990) The Past Decade and the Future. En: Paleobiology (eds.: Briggs, D.E.G. & Crowther, P.R.), pp. 550-555. Blackwell, Oxford.
  • Jablonski, D. (1986) Background and mass extinctions: the alternation of macroevolutionary regimes. Science, 231: 129-133.
  • Raup, D.M. & Sepkoski, J.J. (1984) Periodicity of extinctions in the geologic past. Proceedings of the Nacional Academy of Sciences of the USA, 81: 801-805.
  • Sepkoski, J.J. (1978) A kinetic model of Phanerozoic taxonomic diversity. I. Análisis of marine orders. Paleobiology, 4: 223-251.
  • Simpson, G.G. (1944) Tempo and Mode in Evolution. Columbia University Press, New York.
  • Stanley, S.M. (1975) A theory of evolution above the species level. Proceedings of the Nacional Academy of Sciences of the USA, 72: 646-650.
  • Valentine, J.W. (1990) Plate Tectonics to Paleobiology. En: Paleobiology (eds.: Briggs, D.E.G. & Crowther, P.R.), pp. 547-550. Blackwell, Oxford.
  • Van Valen, L. (1973) A new evolutionary law. Evolutionary Theory, 1: 1-30.
  • Vrba, E.S. (1980) Evolution, species, and fossils: How does life evolve? South African Journal of Science, 76: 61-84.
  • Vrba, E.S. (1992) Mammals as a key to evolutionary theory. Journal of Mammalogy, 73: 1-15.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Breve historia de la Paleontología, I: de los inicios a Darwin

Las observaciones de fósiles se han documentado desde la Antigüedad Clásica, siendo dos pensadores griegos del siglo VI AC, Anaximandro y Jenófanes, los primeros en tratar estas cuestiones de manera explícita. Mientras que Anaximandro teorizó que todos los seres vivos proceden de seres distintos que al principio vivían en el barro, Jenófanes trató de contar la historia de la Tierra basándose en la existencia tierra adentro de impresiones de peces fósiles y restos de conchas y organismos marinos. No obstante, gran parte de la relación entre el mundo clásico y los fósiles se realizó a la luz de las leyendas sobre tiempos anteriores a la era de sus contemporáneos (héroes gigantes, cíclopes, grifos, dragones, etc…). En cualquier caso, los griegos que tenían contacto con evidencias fósiles ya eran conscientes de su antigüedad y de que pertenecían a seres extintos, admitiendo que no formaban parte de la naturaleza que les rodeaba (Sarris & Narváez Padilla, 2009).

Durante la Edad Media Avicena (980-1037) también discutió el origen de los fósiles, proponiendo una teoría de fluidos petrificantes en su obra El Libro de la Curación. Por otro lado, el naturalista chino Shen Kuo (1031-1095) usó fósiles marinos encontrados en montañas para inferir la existencia del proceso de regresión marina. Asimismo propuso una teoría de cambios climáticos graduales basada en la existencia de fósiles de bambú petrificado en una zona cuyo clima contemporáneo no podría sustentar a este tipo de plantas.


Al inicio del Renacimiento, Leonardo da Vinci (1452-1519) concibe los procesos de sedimentación y fosilización que fueron expandidos por Niels Stensen (1638-1686) y Gottfried Leibniz (1646-1716), los cuales sentaron las bases de la Estratigrafía y la Paleontología al establecer que los fósiles son restos de seres vivos, que vivieron donde ahora se encuentran, antes de formarse la roca que los contiene (Meléndez, 1998). No obstante, la discusión acerca del origen de los fósiles continuó durante todo el siglo XVII. Uno de los principales defensores del origen orgánico de los fósiles fue Robert Hooke (1635-1703) que propuso la existencia de filtraciones de agua para explicar la petrificación de los restos orgánicos originales (Thackray, 1990). Con el avance del siglo XVIII se aceptó la propuesta del origen biótico de los fósiles y para cuando Linneo (1707-1778) publicó su Systema Naturae los fósiles fueron tratados y nombrados como el resto de seres vivos.

Pero no fue hasta finales del siglo XVIII que se pudo establecer la Paleontología como ciencia independiente, a partir del desarrollo de los trabajos de Georges Cuvier (1769-1832) en anatomía comparada de vertebrados, que le llevaron a establecer su ley de la correlación orgánica según la cual podía servirse de restos fragmentarios para poder identificar una especie extinta. También estableció la existencia de cataclismos geológicos que explicarían las “revoluciones” faunísticas que había observado en los sedimentos de Montmartre.

El número de especialistas en diferentes grupos sistematicos fue aumentando de manera continua, con lo que el desarrollo de la disciplina se aceleró a lo largo del siglo XIX. Dos geólogos ingleses tuvieron especial importancia en la primera mitad del siglo. William Smith (1769-1839) descubrió que los estratos del Lías del Sur de Inglaterra podían diferenciarse en función de su contenido fosilífero, sentando las bases de la Paleontología estratigráfica. Charles Lyell (1797-1875) propugnó que no se podía atisbar ningún signo de progresión en el registro fósil; que no había argumentos para afirmar que las formas fósiles fuesen “inferiores” a las actuales. No había evidencia de que los tipos de seres vivos, las condiciones ambientales o los procesos geológicos hubiesen sido nunca diferentes de lo que se encuentra en la actualidad. Con ello estableció el principio del uniformitarismo, que ha regido los estudios geológicos desde entonces. La influencia de estos dos investigadores tuvo como resultado que la Paleontología se convirtiese en una herramienta auxiliar de la Geología. Su objetivo principal era establecer un catálogo de fósiles lo más completo posible, que fuese útil para poder determinar la edad de los estratos que los contuviesen (Meléndez, 1998). Esta mentalidad tuvo como resultado la aparición de la obra enciclopédica del paleontólogo alemán Karl A. Von Zittel (1839-1904) Handbuch der Palaeontologie.


No obstante, el desarrollo de la teoría evolutiva basada en la selección natural (Darwin & Wallace, 1858) y la publicación en 1859 de El Origen de las Especies de Charles R. Darwin (1809-1882) tuvo una gran repercusión en los estudios paleontológicos. Aunque él se quejaba de la imperfección del registro fósil para poder corroborar plenamente su teoría sobre la evolución por medio de selección natural (dedica un capítulo entero al tema), la existencia de fósiles que podían reconocerse como antecesores de la fauna actual es una de las pruebas decisivas a favor de la existencia de los procesos evolutivos. A partir de ese momento el estudio de los fósiles también supuso un trabajo de documentación de la evolución pasada de los seres vivos, suponiendo un área de trabajo nueva y propia de la disciplina paleontológica.


Referencias
  • Darwin, C.R. (1859) On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life. John Murria, Londres.
  • Darwin, C.R. & Wallace, A.R. (1858) On the tendency of species to form varieties; and on the perpetuation of varieties and species by natural means of selection. Journal of the Proceedings of the Linnean Society of London, Zoology, 3: 46-50.
  • von Linneo, K. (1758) Systema naturae, sive regna tria naturae systematice proposita per secundum classes, ordines, genera, & species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. 10ª Ed. Estocolmo.
  • Meléndez, B. (1998) Tratado de Paleontología, Vol. I. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.
  • Sarris, I. & Narváez Padilla, I. (2009) Hallazgos paleontológicos y su interpretación en la Grecia Clásica. Paleolusitana, 1: 431-440.
  • Thackray, J.C. (1990) Before Darwin. En: Paleobiology (eds.: Briggs, D.E.G. & Crowther, P.R.), pp. 537-543. Blackwell, Oxford.
  • Von Zittel, K.A. (1880) Handbuch der Palaeontologie. Oldenbourg, Munich.

viernes, 28 de enero de 2011

Entrevistas desde el Más Allá. V.- Adriana Oliver: Todo lo que queríamos saber sobre los investigadores que viajan al extranjero en 20 preguntas

Volvemos a nuestras entrevistas, tras un largo lapso temporal sin incordiar a ningún paleontólogo nacional o extranjero.

En esta ocasión viajamos virtualmente hasta Lyon para localizar y entrevistar a una de nuestras investigadoras favoritas. Adriana Oliver, licenciada en Geología por la Universidad Complutense de Madrid e investigadora del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, regresó recientemente de su visita en La Université Claude Bernard Lyon 1.

1. ¿Qué fuiste a hacer en Lyon?
He ido a visitar la colección del Laboratorio "PaleoEnvironnements et PaleobioSphere", donde se encuentra una de las mayores y mejores colecciones de Megacricetodon (Cricetidae, Rodentia) del mundo. En este centro se encuentran muchos de los materiales tipo de Megacricetodon, así como de muchos de los yacimientos cársticos clásicos franceses, donde se han descrito numerosas especies de roedores.
Además una ventaja adicional de este centro es la presencia de uno de los mayores especialistas en roedores del Mioceno, el Dr. Pierre Mein, que pese a estar jubilado sigue trabajando intensamente en ese centro.

2. Después de tres meses de estancia, ¿cómo ha sido tu experiencia en esa ciudad francesa?
Muy buena, mejor de lo que me imaginaba. Pese a las dificultades con el idioma la gente ha resultado muy agradable. Tras las primeras semanas en la Universidad de Lyon 1 me trasladé con el material al Ecole Normale Supérieure de Lyon, al departamento "Évo-Dévo de la denture chez les vertébrés", con el Dr. Viriot y su equipo, donde tenía mejores medios (una lupa con cámara de fotos incorporada) y técnicamente la cosa mejoró mucho. Además la ciudad me ha parecido muy bonita y la gente muy accesible.

3. ¿Hay muchas diferencias en la organización de ese departamento cuando lo comparas con el tuyo en el Museo Nacional de Ciencias Naturales?
No demasiadas ya que el departamento forma parte del "Institut de Génomique Fonctionnelle de Lyon" (IGFL), que es una unidad mixta de investigación entre la Universidad de Lyon 1, el Ecole Normale Supérieure de Lyon, el CNRS e INRA. Quizá la mayor diferencia radica en que es un centro muy nuevo, actualmente dotado con gran ayuda económica.

4. Por otro lado, no eres la única investigadora predoctoral en Paleontología que ha estado recientemente en Lyon. Nuestras fuentes nos han informado que también te acompañaron algunos otros compañeros del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Qué tiene de especial la ciudad, que tanto atrae a los jóvenes investigadores madrileños?
Efectivamente he estado con Ana Rosa Gómez Cano de la UCM y Oscar Sanisidro del MNCN. En realidad no es la ciudad en sí misma lo que nos ha traído a tierras francesas sino las formidables colecciones de fósiles y la gente que trabaja aquí, como por ejemplo el Dr. Pierre Mein, padre de la Biocronología Europea de Mamíferos Neógenos (MN) y uno de los más importantes paleontólogos de roedores de todos los tiempos. O la Dra. Renaud, especialista en técnicas de morfometría geométrica como son los análisis de Furier.

5. Ya habías estado realizando visitas en otros centros de investigación europeos. Con esa experiencia que ahora tienes, ¿qué diferencias ves con respecto a la investigación paleontológica en España?
Lo que más me ha llamado la atención es el tipo de tesis que realizan: son más cortas (tienen solo tres años para hacerlas y NUNCA las alargan), menos exigentes (dado que el tiempo para hacerlas es mucho más limitado), más cortas y en general son ligeramente más dinámicas. Para ellos la tesis es un primer trabajo de investigación, una primera aproximación, para nosotros es como si fuera el fin último de la carrera investigadora, como si todo se basara en la tesis que has hecho. Por otro lado, en Europa una vez acabada la tesis parece que hay más facilidades para continuar la carrera investigadora ¡además de no ser necesario el irse dos años al extranjero! En Francia por ejemplo, puedes hacer la post-doctoral en tu país, no como aquí que estas obligado a irte al extranjero. Personalmente me parece algo positivo el cambiar de centro, cambias de ambiente, de equipo… pero me parece mal que solo haya esa posibilidad ya que las circunstancias de cada uno son diferentes y hay gente que no puede permitírselo.

6. Bueno, vamos a centrarnos en tus trabajos a largo plazo. Por favor, ¿podrías explicarnos cual es la temática de tu investigación doctoral?
Mi tesis se centra en la evolución del género Megacricetodon, de la Península Ibérica durante el Aragoniense y el Vallesiense (Mioceno medio y superior). Resulta irónico que pese a su nombre, me dedico a estudiar el hámster más pequeño que ha existido nunca.

Reconstrucción de Megacricetodon (ilustración de Sergio Pérez González)

7. ¿Qué convierte a Megacricetodon en un objeto de estudio tan apasionante?
Este pequeño hámster es uno de los micromamíferos más abundantes del Mioceno europeo, llegando a representar en algunos casos el 95% de la fauna de roedores. Su enorme abundancia y diversidad unido a la gran distribución geográfica, le convierte en uno de los principales indicadores biocronológicos del Mioceno continental europeo. Además sobre la base de las sucesivas especies del género Megacricetodon, se ha definido la mayoría de las biozonas y zonas locales propuestas para el Mioceno (~16-10 Ma).

8. ¿Cómo un organismo con un área de distribución tan amplia y unas características ecológicas supuestamente generalistas pudo llegar a desaparecer? ¿Tienes alguna hipótesis de trabajo sobre su extinción?
Los cricétidos modernos sufrieron una dramática reducción en la base del Mioceno terminal, coincidiendo con la aparición de las ratas y los ratones (múridos). Concretamente, géneros tan importantes como Megacricetodon o Democricetodon desaparecieron a finales de la MN 9.

9. Tu trabajo se centra en el registro fósil español. ¿Qué tiene de especial en comparación con otras zonas?
Las cuencas españolas terciarias presentan una gran continuidad del registro estratigráfico mioceno. Principalmente mi trabajo se centra en la Cuenca de Calatayud-Daroca (provincia de Zaragoza), que destaca por ser una de las cuencas del mundo con mayor riqueza y abundancia de fósiles de mamíferos miocenos (especialmente de micromamíferos), así como por la calidad de su registro sedimentario. Esto ha servido para la definición de dos estratotipos de pisos dentro del Terciario continental (Rambliense y Aragoniense), la realización de estudios magnetoestratigráficos muy completos, con registros continuos de alta calidad, y la elaboración de curvas de evolución paleoclimáticas y paleoambientales.

10. ¿Qué dirías a la gente que considera que los fósiles de micromamíferos son poco atractivos?
Es cierto que a simple vista pueden resultar menos atractivos que otros grupos debido a su pequeño tamaño y menor espectacularidad. Sin embargo, son muy importantes para los paleontólogos, ya que al sufrir cambios evolutivos rápidos en tiempos geológicos cortos, tienen una amplia distribución geográfica y son muy sensibles a las variaciones ambientales. Por lo tanto, la presencia de determinadas especies de micromamíferos nos pueden indicar con mucha precisión la edad de un yacimiento así como las condiciones paleoecológicas.

11. ¿Podrías describirnos brevemente qué técnicas de trabajo utilizáis en las excavaciones de micromamíferos?
Debido a su pequeño tamaño (por algo son micro) se requieren unas técnicas especiales para su obtención: Primero, el sedimento fosilífero se lava y se tamiza mediante mangueras de agua a presión. A continuación, el sedimento pasa por diferentes tamices, donde los fósiles van quedando retenidos en uno u otro dependiendo de su tamaño. Posteriormente, se tría la fracción más gruesa del sedimento y finalmente, se usan lupas binoculares o microscopios para su separación y estudio.

12. Pasando a otros temas… Has declarado en más de una ocasión que eres un claro exponente de la generación “Jurassic Park”. ¿Qué es lo que más te cautivó de la película?
Supongo que todo un poco, las impresionantes reconstrucciones de los dinosaurios, el modo el que se consigue obtener el ADN de dinosaurio, la acción trepidante…

13. Y a la tierna edad de once añitos, decidiste orientar tu formación hacia la Paleontología. ¿Cómo lo lograste?
La verdad es que me viene de antes, desde bien pequeñita he tenido libros y cuentos de dinosaurios, animales prehistóricos y hombres primitivos, así que se puede decir que siempre he tenido muy claro lo de la Paleontología. El paso difícil fue decidir si en la universidad estudiaba Biología o Geología para después hacer Paleontología. Finalmente fue Geología porque en los planes de estudio venía como especialidad. Aunque años después, hablando con un Paleontólogo en una excavación, descubrí que por Biología también podías coger asignaturas de libre configuración y hacer lo mismo, sinceramente, nunca me arrepentí de la elección. Luego supongo que la buena suerte me llevó a dar con un equipo de gente estupenda y aquí estoy, haciendo la tesis.

14. Háblanos de tu primera excavación paleontológica.
Mi primera excavación fue en el yacimiento madrileño de Somosaguas. Fue una experiencia muy grata, con un grupo de gente muy agradable. Además la primera vez que encuentras un fósil experimentas una sensación genial. El resultado fue muy positivo con lo cual el año siguiente volví a repetir.


15. ¿Qué opinión te merece el Proyecto Somosaguas de Paleontología?
Muy buena, me parece un ejemplo a seguir a muchos niveles, desde formación del alumnado tanto a nivel de campo (excavación de los fósiles) como teórico (primeros trabajos de investigación), hasta la gestión del yacimiento, o mejor dicho autogestión de un yacimiento, ya que no cuenta casi con recursos económicos, y aún así, año a año consiguen sacar adelante la excavación.

16. Desde entonces has trabajado en numerosas campañas de excavación. ¿Cuál consideras que es, o son, tus yacimientos de referencia?
De todas las excavaciones guardo un buen recuerdo porque en ellas aprendes diferentes cosas (cómo excavar en diferentes sedimentos, cómo lavar el sedimento, etc…). Obviamente a Somosaguas le tengo mucho cariño ya que fue mi primera excavación paleontológica. Pero supongo que la excavación que más me ha marcado es la de Cerro de los Batallones, un yacimiento excepcional de edad miocena al suroeste de la Comunidad de Madrid. Gracias a este yacimiento descubrí la importancia de la “micro” y conocí a la gente con la que trabajo actualmente.

17. ¿Alguna cuenta pendiente? ¿Dónde te gustaría excavar?
La verdad es que con la tesis no es que tenga mucho tiempo para hacer cosas, pero supongo que me gustaría probar a excavar en el yacimiento de Las Hoyas, por sus diferencias tanto en edad (Cretácico inferior), estratigrafía y sedimentología (calizas laminadas) como composición faunística (dinosaurios, aves, plantas, crustáceos, insectos, peces, anfíbios…). Es muy diferente a lo que estoy acostumbrada.

18. Cuando finalmente finalizaste la Licenciatura en Geología e iniciaste tu investigación en Paleontología ¿qué sensaciones te produjo el alcanzar tu objetivo?
Lógicamente me produjo una gran satisfacción. Se cerraba un ciclo y estaba a punto de comenzar uno nuevo lleno de oportunidades. ¡Es lo que siempre había querido hacer!

19. No obstante, hasta conseguir tu beca predoctoral FPU del Ministerio de Educación y Ciencia, tuviste que lidiar también con el trabajo a cargo de empresas privadas. ¿Hay muchas diferencias entre la paleontología académica y la de empresa?
En cierto modo, sí. En la empresa te quedas en la primera parte del trabajo paleontológico que es puramente manual, es decir, la excavación. Falta todo el estudio, descripción y análisis posterior de los fósiles. Además todo va más rápido, porque a la empresa le interesa que acabes en el menor tiempo posible. Aún así no me puedo quejar la empresa en la que trabajé (Paleoconsult Estudios de Antropología y Paleontología S.L.); eran muy serios y además se dejaban aconsejar por la gente que tenía experiencia.

20. Para finalizar, cuéntanos cómo ves el futuro a medio plazo de la investigación paleontológica dentro del marco económico de crisis en el que nos encontramos.
El futuro se plantea incierto, la crisis ha afectado a todo el mundo y lógicamente a la investigación también. De momento se nota en todo tipo de becas (predoctorales y postdoctorales) tanto en la reducción del número de ayudas como en la expansión entre una convocatoria y otra.


Pues muchas gracias Adriana por haberte brindado a contestar nuestras preguntas. Esperamos que los datos que has recopilado en Lyon te sean sumamente útiles y que a no mucho tardar podamos ver alguna publicación al respecto.

martes, 18 de enero de 2011

Científicos de Frontera...

Durante estas vacaciones finalizó la serie de entrevistas que RTVE ha realizado a trece científicos de prestigio internacional en su programa "Científicos de Frontera".

Si en nuestra anterior entrada hacíamos referencia a unos reportajes cortos sobre múltiples investigadores que había producido RTVE en colaboración con la UNED, en esta ocasión se trata de todo un nuevo plantel de investigadores que durante tres cuartos de hora nos van introduciendo, de la mano de las preguntas de Monica G. Salomone, en la dinámica de sus investigaciones y nos revelarán algunos de los secretos que les han permitido alcanzar renombre mundial.

Los elegidos para mostrar la importancia de los trabajos científicos que se realizan a lo largo y ancho del mundo fueron:
  1. Juan Ignacio Cirac: Físico Cuántico
  2. Richard N. Zare: Biofísico
  3. Mariano Barbacid: Bioquímico oncológico
  4. Andrea Goldsmith: Ingeniera Electrónica
  5. Joan Massagué: Oncólogo
  6. Thomas Kailath: Ingeniero Electrónico
  7. Andreu Mas-Colell: Economista
  8. Robert Lefkowitz: Bioquímico Farmacólogo
  9. Jordi Bascompte: Ecólogo de Comunidades
  10. Klaus Hasselmann: Físico Oceanográfico
  11. María Blasco: Oncóloga
  12. Joan Esteban: Economista Sociológico
  13. Lisa Randall: Física Multidimensional
Como podéis ver, la variedad de disciplinas abordadas es relativamente amplia, desde las Matemáticas a la Biología o la Física, desde la Medicina a la Economía o la Ingeniería. Y las temáticas en las que estos científicos destacan abarcan, entre otras, el cambio climático, la computación avanzada, el envejecimiento, la lucha contra el cáncer, la multidimensionalidad del complejo espacio-tiempo o la modelización de ecosistemas.

En definitiva, una nueva apuesta de "La 2" por la divulgación científica, algo que desde aquí esperamos que se mantenga a largo plazo. Porque, sin duda, esta cadena de televisión se ha convertido en el único baluarte cultural que parece mantenerse en la televisión pública de nuestro país.

lunes, 15 de noviembre de 2010

San Alberto Magno

Hoy se cumplen 730 años de la muerte de Albert von Lauingen, también conocido como Albertus Coloniensis o San Alberto Magno, santo patrono dentro de la iglesia católica de los estudiantes de Ciencias Naturales, Químicas y Exactas.

Todas las facultades universitarias que cubren estas disciplinas celebran este día con una festividad, pero somos pocos de nosotros los que realmente sabemos quién fue este hombre.

Nacido en Baviera, en la transición entre los siglos XII y XIII, se educó en la recién fundad Universidad de Padua siguiendo los escritos de Aristóteles. Tras ello, ingresó en la Orden Dominicana y marcho a Bolonia a estudiar Teología.

Durante dos décadas recorrió varios centros de enseñanza alemanes ejerciendo como profesor, hasta que en 1245 obtuvo el doctorado por la Universidad de París y comenzó a dar clases en la misma donde permaneció hasta 1248. Uno de sus alumnos en aquel tiempo fue el célebre Tomás de Aquino, que nuestros bachilleres tan bien conocen, con el que trabó una relación de amistad.

Aunque en 1260 llegó a ser nombrado obispo, tres años después dimitió del cargo para poder llevar una vida más humilde acorde con su carácter. ¡Todo un símbolo de negación del poder!

Murió en 1280, después de muchos años de enseñanza y de haber sido reputado como "Magnus" por el propio Roger Bacon, por sus múltiples escritos enciclopédicos en torno a temas tan variados como Astronomía, Botánica, Geografía, Mineralogía, Química, Zoología o Fisiología. Este amplio abanico de intereses le valió el sobrenombre de "Doctor Universalis" que le impusieron sus contemporaneos.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Todavía no blogueas?

Hace varias semanas, la revista The Scientist publicó un interesante artículo sobre las ventajas que bloguear puede proporcionar a los científicos (y aspirantes). Entre ellas, podemos encontrar:
  1. Conexión con nuevos colaboradores con intereses similares
  2. Desarrollo de nuevas ideas a partir de los comentarios recibidos
  3. Inducción de cambios en la sociedad
  4. Autopromoción
  5. Aparición de ofertas laborales inesperadas
  6. Satisfacción de actividades de servicio general
El artículo también habla, por supuesto, de las cosas que más suelen echar atrás a los científicos cuando se plantean empezar un blog (consumo de tiempo, desprecio del sector más elitista dentro de la Academia, etc...). Para finalizar, da unas cuantas ideas de como conseguir sacarle los mayores beneficios a esta labor que cada vez se está extendiendo más por la comunidad científica.

Sin duda alguna, una lectura de gran interés para todos aquellos que siguen dudando acerca de si empezar o no empezar a escribir en la Web 2.0.

martes, 20 de abril de 2010

Entrevistas desde el Más Allá. IV.- Robert Asher: 20 respuestas de uno de los editores de Journal of Vertebrate Paleontology


"en mi opinión España
es el Wyoming de Europa
"


El entrevistador junto a Robert Asher, a la derecha, durante el 68º Congreso de la Society of Vertebrate Paleontology en Cleveland (2008)


En esta nueva edición de Entrevistas desde el Más Allá tenemos la oportunidad de disfrutar de la presencia de Robert Asher, paleontólogo que ha dedicado su labor investigadora al estudio de los mamíferos, mostrando especial interés en los últimos años por los afroterios y más concretamente por los tenrecs. De origen neoyorquino (pero del estado, no la ciudad… como siempre se encarga de señalarnos) y actualmente afincado en Cambridge (Reino Unido), ha tenido la oportunidad de trabajar en varias ocasiones en yacimientos españoles. En honor a la verdad, he de decir que la fascinación que el Dr Asher tiene por España viene de años atrás, no se restringe únicamente al aspecto paleontológico, y disfruta mucho cada ocasión que le trae por estos lares.


1. Hay una pregunta obligada, ¿por qué la Paleontología? ¿Cuándo te diste cuenta de que querías hacer de la paleo tu modo de vida? Cuando eras niño, ¿ya te fascinaban los seres vivos de otras épocas?
Mi interés en paleontología se inició en el ultimo año y medio de la Universidad. Al principio estudié filosofía y política. En mi tercer año encontré libros y artículos de S.J. Gould que trataban sobre la posibilidad de una causa biológica en nuestros estados socio-políticos. Compartía con Gould el rechazo hacia el determinismo genético, pero quise informarme más sobre las lineas de investigación que algunos (E.O. Wilson, Stephen Emlen...) utilizaban entonces para comprender cómo el pasado biológico influye al hombre actual. Siguiendo estas lineas terminé en la Paleontología, y aqui estoy.

2. ¿Cómo empezaste en este mundo? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
Despúes de un interés inicial por la paleoantropología y un verano estudiando en Koobi Fora, Kenya, empecé a principios de los 90 a trabajar en el Dpto. del Paleontología del Carnegie Museum of Natural History en Pittsburgh, USA. Me llevaron a algunos afloramientos del Eoceno inferior de Wyoming, Montana y Mississippi. La belleza de estos campos, sobre todo en el oeste de los EE.UU., junto con la ilusión de encontrar fósiles con valor científico y la camaradería de mis colegas (Chris Beard, Alan Tabrum, Mary Dawson), me convencieron que sí era posible ganar un sueldo con esta dedicación. Y tuve que intentarlo.

3. Actualmente desempeñas la labor de editor de la revista Journal of Vertebrate Paleontology (JVP). ¿Cómo se consigue un puesto tan importante siendo tan joven?
¡Gracias por insinuar que sea yo "tan joven"! Un papel así resulta de una nominación de un editor o associate editor actual. Además, previamente, hay que tener una historia con la revista como autor y revisor. Para participar en la dirección científica de cualquier revista es importante que tus trabajos sean reconocidos en la comunidad que sostiene esta revista. En el caso de JVP no es difícil: publicar tus investigaciones, ayudar en el proceso de peer-review cuando te lo piden, asistir a los congresos de SVP (2010 Pittsburgh) y/o los equivalentes en Europa: SVPCA (2010 Cambridge) o EAVP (2010 Aix-en-Provence). Así conoces a la gente y así se abren las puertas de una carrera académica.

4. Como editor de JVP, ¿qué pasos crees que son fundamentales a la hora de preparar manuscritos y abstracts?
Para publicar en la JVP el contenido científico del artículo ha de ser convincente. En España tenéis una comunidad de paleontólogos de vertebrados excelente, y todo el mundo sabe de qué hablo. Es cierto que el idioma puede a veces ser un obstáculo, pero eso se arregla pasando más tiempo en estancias en el extranjero y manteniendo tu nivel de inglés, por ejemplo, leyendo constantemente buena literatura (no necesariamente sobre paleo) en ese idioma. En un plano más banal, es muy importante prestar atención a las normas de publicación, por muy triviales que puedan parecer (referencias, figuras, tablas...).

5. La revista JVP es el órgano de comunicación de la Society of Vertebrate Paleontology (SVP) cuyo 69º congreso se celebró el pasado septiembre en Bristol. ¿Qué te parece que este evento haya salido de Norteamérica por primera vez en su historia?
Me parece genial. Los dos mejores congresos de SVP a los que he asistido han tenido lugar ambos fuera de los EE.UU: en Ciudad de México y Bristol.

6. Tú coordinaste uno de los simposios celebrados dentro del congreso, bajo el título “Molecular tools in Paleobiology: trees, clocks and linking geno- with phenotype”. Después de haber visto todas las comunicaciones, ¿cuáles crees que son las principales conclusiones que se pueden extraer de esta reunión?
Me alegra mucho poder decir que de esa reunión va a salir un libro, esperemos que en 2011. Una conclusión importante de todo esto es que se debe desterrar ya la idea de que a los paleontólogos del siglo XXI no les gusta trabajar con datos moleculares. Si comparamos con los 90, hoy en día se puede hacer mucho más en la paleontología de vertebrados gracias a la sinergia entre paleontología y biologia molecular.

7. Desde hace tres años y medio trabajas en la Universidad de Cambridge. ¿Qué tal es tu experiencia profesional allí?
Empecé el puesto aquí en Octubre de 2006. Cambridge es un sitio sin equivalente en cuanto a la vida intelectual, en el sentido de que es muy fácil conocer a gente “super-lista” en cualquier campo de investigación, desde paleobiología hasta historia de la ciencia, filosofía, cosmología, etc.

8. ¿Cuántos estudiantes o becarios tienes a tu cargo? ¿Diriges alguna tesis doctoral? ¿Cómo está resultando?
Ahora mismo en mi grupo somos cinco personas, incluidos tres estudiantes PhD. So far so good! Cada año hay posibilidad de conseguir becas en mi departamento, sobre todo para estudiantes dentro de la CE. La calidad del trabajo de los estudiantes que he conocido en España es muy alta, y me gustaría mucho ponerme en contacto con los que tienen interés en hacer un PhD en Inglaterra. En un nivel postdoctoral también hay oportunidades, por ejemplo con apoyo del MEC de España, con becas Marie Curie, ayudas del UK-Research Councils y Cambridge College JRFs (= Junior Research Fellowships).

9. Como profesor en una de las universidades más prestigiosas de Europa, ¿qué opinión tienes de la reforma universitaria que estamos viviendo en la actualidad en el continente y que tiene como objetivo la creación del Espacio Europeo de Educación Superior?
No conozco bien los detalles de este programa. Si se trata de apoyar "centres of excellence" y aumentar la financiación a centros de investigación científica, me parece bien. Lo malo sería perder aspectos de la formación española por intentar convertir todo en algo europeo. En mi opinión los estados de la CE no necesitan perder su identidad para mejorar la calidad de una formación europea.

10. Antes de Cambridge ¿en qué otros lugares has trabajado y a qué te dedicabas?
Después de terminar mi PhD en 2000 (en Stony Brook), hice un postdoc en el AMNH (American Museum of Natural History) de New York. Luego estuve unos cuatro años años en Berlín, hasta finales de 2006 cuando empecé a trabajar aquí en el Reino Unido.

11. Has estado en España varias veces. Hace muchos años, si no recuerdo mal, estuviste de intercambio en una familia española, y desde entonces has repetido en varias ocasiones ¿Qué es lo que más te gusta de este país?
En España tuvo lugar mi primera estancia larga fuera del sitio donde crecí, en el estado de Nueva York. Aquellos pocos meses hace 20 años me impresionaron muchísimo y con ellos me di cuenta de que el punto de vista "estadounidense" no es el único. ¡Os debo mucho!

12. También has tenido ocasión de excavar en diferentes yacimientos españoles. ¿Qué tal ha sido la experiencia? ¿Qué opinión tienes del registro español?
En mi opinión España es el Wyoming de Europa, por la enorme cantidad de afloramientos paleontológicos que tiene que además representan periodos muy diversos. Los grupos de paleobiología que tenéis (conozco varios en Madrid, Sabadell, Zaragoza...) son a la vez muy trabajadores y competentes. Además sois muy abiertos a la gente del extranjero (como yo) y estáis dispuestos a compartir vuestras riquezas geológicas.

13. Derivando de tu contacto reciente con bastantes de los investigadores noveles de nuestro país, ¿cómo ves la juventud paleontológica en España?
Los jóvenes paleontólogos de España tenéis un futuro muy positivo. Tal y como yo lo veo, estáis aprovechando las oportunidades de sacar experiencias en otros países, el nivel de utilizar inglés (hablado y escrito) es bueno, y la calidad de trabajo y comentarios que he visto (por ejemplo cuándo os hacéis de revisores para la JVP) es muy alta.

14. ¿En qué otros yacimientos del mundo trabajas y has trabajado?
Fuera de los EE.UU y Europa, he hecho trabajo de campo en África del Sur, Kenya, Madagascar, Venezuela, y Mongolia.

15. Pese a que el gran público asocia inmediatamente la palabra Paleontología a “dinosaurios”, mucha gente nos dedicamos a estudiar la evolución de lo mamíferos. En tu caso, y perdona la simpleza de la pregunta, ¿por qué los mamíferos?
Esto se debe en parte al hecho de que mi interés empezó con la política del ser humano. Empecé bajando la escala natural y, gracias a Dios, paré mucho antes de llegar a los diápsidos (risas, este Robert es un cachondo).

16. Desde hace unos cuantos años estudias los afroterios, uno de los grupos más antiguos de los mamíferos placentados. Concretamente te dedicas a los tenrécidos. ¿Qué nos pueden enseñar estos animales sobre la historia evolutiva de los mamíferos?
Actualmente me interesa la posibilidad de que los Afrotheria y Xenarthra se desarrollaran de una manera distinta a los demás Placentalia (perdona la auto-cita, pero es una idea sugerida en BioEssays 31 (8): 853-864). Si esta idea se concreta con la base de datos que seguimos recopilando, puede enseñarnos algo en cuando al antepasado común de los Placentalia, y posiblemente también los mecanismos implicados en el diseño de un fenotipo nuevo dentro de los mamíferos.

17. ¿Cuáles han sido los resultados que consideras más importantes a los que has llegado a lo largo de tu carrera científica?
Me hacen falta otros quince o veinte años poder responder a esta pregunta...(risas; virtuales, claro, porque la entrevista me la ha mandado por mail).

18. En los últimos años la paleontología se está haciendo cada vez más analítica y menos descriptiva. La informática se ha hecho indispensable en campos como la morfometría geométrica, la inferencia de filogenias a partir de enormes bases de datos moleculares y morfológicos, en la construcción de modelos evolutivos... ¿Cómo te ha afectado a ti esta revolución? ¿Has tenido que ponerte al día?
Sí me ha afectado mucho, pero en una manera positiva. Tenemos a mano una cantidad de datos que no se podía esperar hace veinte o treinta años. Aún comparada con los 90, cuando hacía mi doctorado, la base de datos hoy en día es mucho mejor (genbank, morphobank, etc.). Sin duda hace falta aplicarse y seguir trabajando con estos métodos para aprovecharse de esta riqueza...

19. ¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Contemplas la opción de volver a EE.UU algún día? De ser así, ¿te daría igual volver a cualquier centro de investigación de tu país con tal de seguir estudiando lo que te gusta? ¿o tienes algún preferido?
Todo es posible, incluso volver a mi país. Sin embargo en este momento estoy muy contento en el Reino Unido.

20. Para terminar, ¿qué consejos darías a los que estamos empezando en Paleontología?
Concentrarte en un campo de paleobiologia que excite tu deseo de saber más; intentar vivir experiencias fuera de tu país con frecuencia (sobre todo en países anglo-parlantes); y (lo más fácil) no olvidar el hecho de que, gracias a su historia super-rica en paleobiología, España tiene una base genial para comunicar al público una parte importante de la historia del mundo, de cómo los bichos actuales han llegado a ser como son.

Pues muchas gracias Robert por tu tiempo y tu simpatía.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Entrevistas desde el Más Allá. III.- Daniel de Miguel: 20 preguntas para el nuevo miembro del ICP

Con motivo de su reciente incorporación al Institut Català de Paleontologia (ICP) hoy entrevistamos en "Entrevistas desde el Más Allá" al Dr. Daniel DeMiguel, recientemente contratado por dicho centro como investigador postdoctoral en el Departamento de Faunas del Neógeno y Cuaternario. Licenciado en Geología en el año 2003 por la Universidad de Zaragoza, ha defendido recientemente su tesis basada en la "Morfología funcional y biomecánica de la dentición en rumiantes (Mammalia, Artiodactyla). Aplicación del desgaste dentario en la reconstrucción paleoambiental del Mioceno de la Cordillera Ibérica" bajo la tutela de la Dra. Beatriz Azanza Asensio (Profesora Titular en la Universidad de Zaragoza) y del Dr. Jorge Morales Romero (Profesor de Investigación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC).

1. Buenos días Daniel. En Paleontología es muy común que exista un componente vocacional a la hora de decidir dedicarse a esta rama de la ciencia, ¿es este tu caso?, ¿Cuándo y por qué escogiste ser paleontólogo?
Buenos días. La verdad es que sí es algo vocacional. Mi fascinación por la Paleontología se la debo sobre todo a mi familia. Ellos me contagiaron su pasión por los fósiles y por el pasado cuando yo era niño. Creo que la escogí porque siempre he tenido inquietud por ella. Para mí la Paleontología es como tratar de hacer encajar las piezas de un puzzle; es indescriptible lo que se siente al desenterrar y estudiar un fósil.

2. La Paleontología de mamíferos en España, actualmente en pleno desarrollo y con gran relevancia histórica, debe sus avances a un gran número de investigadores que han dedicado sus vidas a ampliar los conocimientos de esta rama. De todos ellos ¿quién consideras que debería ser conocido por todo paleontólogo?
¡Menuda pregunta! Supongo que cada uno tendremos nuestra propia lista. Aun así, creo sinceramente que cualquier investigador de mamíferos merecería estar incluido en ella.

3. Una de las decisiones difíciles, una vez sabemos en qué nos queremos especializar, es elegir con qué equipo se desea trabajar. En la mayoría de los casos la decisión viene tomada por un conocimiento previo de los distintos componentes del equipo, entre ellos, las personas que nos tutelan durante el desarrollo de nuestras tesis. En tu caso, ¿cómo conociste a tus co-directores?
Conocí a la Dra. Beatriz Azanza porque me contrató en 4º de carrera para realizar unas excavaciones de urgencia en Teruel. El Dr. Jorge Morales es el responsable del equipo, y lo conocí en el yacimiento del Cerro de los Batallones, cuando ya había finalizado la carrera y comenzado a trabajar con la Dra. Beatriz Azanza.

4. En el caso de la Dra. Beatriz Azanza, ¿fue ella quién te planteó hacer la tesis o fuiste tú quien tomó la iniciativa?
No sabría decirte. Yo tenía claro que quería dedicarme a la paleontología, y ella me brindó la oportunidad de hacerlo. Me ofreció la posibilidad de elegir entre dos grupos faunísticos y temas distintos de estudio, y yo elegí el que más me gustó; morfología funcional, biomecánica y desgaste dental de la dentición de rumiantes.

5. Cuando te planteaste la posibilidad de trabajar con la Dra. Azanza, ¿tuvo algo qué ver el hecho de que se tratase de una mujer?
Que va. Tuvo que ver el hecho de que se trataba de una gran paleontóloga.

6. ¿Consideras que hay discriminación sexual en la ciencia?
Por supuesto, y creo que se debe a un problema generacional. Afortunadamente, es algo que está cambiando. Un ejemplo lo tienes aquí, en España. Sólo tienes que ver la proporción de catedráticos vs. catedráticas que hay.

7. De entre todos los grupos que forman los mamíferos, ¿por qué escogiste los rumiantes?
Pues porque es uno de los grupos de mamíferos ungulados más exitoso; tienen una increíble diversidad taxonómica y geográfica; y, por el hecho de alimentarse de materia vegetal, son excelentes indicadores ecológicos e informan sobre las características del entorno en donde viven.

8. ¿Qué te impulsó a estudiar su dentición, más concretamente su morfología, desgaste dental, y su relación con el paleoambiente?
El hecho de que todo esté relacionado. Para conocer el hábitat y el clima (paleoambiente), hemos de estudiar aquello con lo que se relacionen. A menudo se dice que somos lo que comemos, y sin duda, cómo son los dientes (morfología) viene ligado al tipo de alimentación que se tiene. Lo que se come, deja una firma inconfundible en los dientes (desgaste dental). Por ello, el estudio de la dentición en todas sus variantes es imprescindible para la reconstrucción paleoambiental.

9. En el mundo científico, el objetivo común de TODOS los investigadores es aumentar el nivel de conocimiento en las diferentes disciplinas. ¿Qué crees que es lo más destacado y novedoso que ha aportado tu investigación a la investigación en rumiantes?
Destacado; el haber propuesto una nueva hipótesis acerca del estadio alimenticio ancestral de la familia Cervidae (que bien podría ser también extrapolada a la de todos los rumiantes). Novedoso; el aplicar en paleontología una metodología (la de los Elementos Finitos) que hasta hace muy poco era casi exclusiva de la ingeniería y de la biomedicina.

10. Una de las posibilidades que ofrecen las becas predoctorales es poder realizar estancias breves tanto en España, como en centros del extranjero, con la intención de completar la preparación del beneficiario de las becas ¿Qué crees tú que te ha aportado el visitar otros países durante las estancias breves?
Sobre todo experiencia personal, ya que las estancias en el extranjero pueden ser a veces muy duras. Por supuesto también el conocer cómo trabajan otros equipos extranjeros, y el poder aprender directamente de ellos.

11. De haber optado por otra especialidad de la paleontología de mamíferos, ¿qué habrías elegido?
Es curioso, pero nunca me lo he planteado. Creo que sería feliz trabajando en cualquier especialidad siempre que estuviera relacionada con los mamíferos.

12. De los múltiples yacimientos en los que has trabajado (incluso co-dirigido), ¿de cuál de ellos guardas mejor recuerdo y por qué?
Bueno, cada yacimiento es único para mí. No creo que pudiera quedarme con uno sólo. Creo que debe de ser la suma de cada campaña de excavación y de toda la gente que vas conociendo, lo que vaya formándote como paleontólogo y como persona.

13. El equipo en el que trabajas está repartido en dos comunidades autónomas. Sin embargo, y pese a la distancia, se realizan estrechas colaboraciones entre sus miembros, ¿qué beneficios y que desventajas consideras que aporta la movilidad que esta colaboración ha generado en tu investigación?
Sin duda el mayor inconveniente es el ponerse de acuerdo cuando se está estudiando algo, o el modo de planificar un trabajo; la distancia no es buena en ese sentido, y es necesario viajar mucho. Lo bueno es que aprendes de mucha gente y que siempre hay diversos puntos de vista a la hora de abordar un problema.

14. Como anunciábamos antes, has sido recientemente contratado por el Institut Català de Palentologia de Sabadell; sin embargo, no ha sido tu única opción. ¿Por qué has escogido el ICP?
Lo escogí porque es un centro que ha confiado en mí, es dinámico e innovador, y potencia la investigación por encima de todo.

15. ¿Qué te costó más, conseguir la beca pre-doctoral o la post -doctoral?
Pues lo cierto es que la post-doctoral, y eso que yo puedo considerarme afortunado. Tengo compañeros a los que todavía no les ha salido nada. Estamos también en un mal momento para la investigación, y esto se traduce en una gran dificultad a la hora de conseguir un contrato o una beca post-doctoral.

16. ¿Crees que existen suficientes apoyos para la ciencia en nuestro país?
No, no lo creo, y mucho menos ahora. Y en realidad no debería de ser así. Me resulta curioso ver cómo hay países como Estados Unidos, Alemania o Reino Unido que apuestan por invertir más en investigación y desarrollo con el fin de salir antes de la crisis y ayudar a prevenir recesiones futuras, mientras que en España, estamos experimentando una importante reducción del presupuesto de I+D+i.

17. En nuestro mundo, la estabilidad es algo relativo, que no se suele conseguir hasta que no se han completado ciertas "etapas" ¿Te planteas la posibilidad de marcharte al extranjero?
Está claro que si hay algo que sabemos hacer bien los paleontólogos, y en general cualquier científico, es preparar la maleta. La mayoría de las veces es necesario salir fuera para poder seguir una buena trayectoria. Así que es una opción.

18. En paleontología es relativamente común cambiar de tema de investigación, ¿crees que será tu caso?
Es pronto para saberlo. Lo que te puedo decir es que debemos de sumarnos a las nuevas tecnologías, y eso supone estar reciclándose continuamente. Si pudiera seguir paralelamente con mis líneas de investigación, no me importaría.

19. Una de las vías de trabajo que se nos ofrecen es la de la docencia. ¿Te ves dando clases?
¿Por qué no? La docencia es algo que siempre me ha llamado la atención. Claro que de ser así, preferiría dar clases que guardarán relación con la Paleontología.

20. Por último, queremos conocer un poco más en qué estás trabajando; ¿podrías resumirnos el tema de la publicación en la que estás trabajando ahora?
Ahora mismo estamos trabajando en la parte de mi tesis que trata sobre biomecánica mediante el Método de los Elementos Finitos (MEF). Resulta increíble poder modelizar los dientes en 3D, y "jugar" con ellos para averiguar cómo funcionan en realidad. Si quieres saber más ... tendrás que esperar al día del estreno ...

martes, 6 de octubre de 2009

Científicos Ilustres: George Gaylord Simpson

Hoy se han cumplido 25 años del fallecimiento de uno de los paleontólogos y estudiosos de la Evolución más reputados del siglo XX.

George Gaylord Simpson (1902-1984)

Numerosas páginas han sido dedicadas a este investigador. Desde aquí recomendamos especialmente la creada por L.F. Laporte. Lo que viene a continuación no es más que un breve apunte de lo que fueron su vida y sus principales aportaciones científicas.

Nacido en Chicago y criado en Denver, fue un niño con gran curiosidad e interés por el aprendizaje. De hecho solicitó a sus padres un préstamo para poder comprar la Enciclopedia Británica, que sería la primera adquisión de lo que se convertiría con los años en una enorme biblioteca. Y uno de sus mayores intereses se desarrolló en torno a la Naturaleza, que tanto visitaba en las cercanas Montañas Rocosas.

Debido a su gran inteligencia pudo saltarse varios cursos del instituto, y a los dieciseis años ingresó en la Universidad de Colorado, donde inició sus estudios de Geología y Paleontología. En su último curso decidió trasladarse a la Universidad de Yale, pues este era el mejor lugar para concluir su formación en estas disciplinas. Durante ese año se casó y, tras un viaje a Francia para superar el curso de idioma extranjero, se graduó en 1923.

Seguidamente inició sus estudios de doctorado a partir de un material encontrado en los sótanos del Museo Peabody de Yale. Su tesis doctoral sobre mamíferos mesozoicos del Oeste de Estados Unidos fue finalizada en 1926, tras lo cual se marchó de "estancia postdoctoral" al Museo Británico de Historia Natural, donde permaneció algo más de un año. Durante ese periodo combinó el estudio del material de mamíferos mesozoicos europeos con los viajes turísticos al viejo continente.

En otoño de 1927 consiguió una posición en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York como ayudante del conservador de fósiles de vertebrados. En los siguientes años siguió formándose como paleomastó- logo y desarrolló un gran interés por las faunas sudamericanas. Pasó una buena parte de tiempo tratando de convencer a algún patrocinador (algo harto difícil en los años de la Gran Depresión), hasta que a base de muchas tertulias y botellas de alcohol consumidas consiguió persuadir a un potentado que financió sus dos expediciones a Patagonia, en 1930-31 y 1933-34. En sus últimos años confesó que le hubiera gustado tener más de un hígado que poder sacrificar por su museo. El libro derivado de esos viajes, "Attending Marvels", alcanzó gran notoriedad entre el público lo cual convirtió rápidamente a Simpson en un personaje relativamente conocido entre los no paleontólogos. No obstante, no pudo disfrutar de esta fama pues su vida personal estaba pasando por un mal trance; en 1938 se divorció de su esposa.

En los siguientes años se casó por segunda vez, se convirtió en el primer presidente electo de la recién fundada "Society of Vertebrate Paleontology" y, en medio de la II Guerra Mundial, se alistó en el cuerpo de inteligencia del ejercito de los Estados Unidos. Durante 1943 estuvo en el Norte de África bajo las órdenes de Eisenhower y participó en la invasión de Sicilia y el Sur de Italia durante el verano de ese año. Posteriormente regresó al Norte de África, donde permaneció hasta su vuelta a Estados Unidos aquejado de hepatitis.

Durante esos años sus intereses como investigador derivaron hacia aspectos más teóricos en relación con la evolución. Su pensamiento evolutivo fue culminado en 1944 con la publicación de su obra más conocida, "Tempo and Mode in Evolution". Un año después sacaba adelante otro título básico para los estudiosos de los mamíferos, "Principles of Classification and a Classification of Mammals". Este segundo libro constituyó el primer compendio moderno de todos los mamíferos actuales y extintos del globo, constituyendose en la clasificación oficial de los mamíferos durante la segunda mitad del siglo XX, hasta que el avance de nuestros conocimientos sobre las relaciones filogenéticas entre los diferentes grupos y el descubrimiento de nuevos fósiles lo han dejado finalmente obsoleto. Por otro lado, "Tempo and Mode in Evolution" constituyó una contribución primordial para el avance de lo que dió en llamarse la Nueva Síntesis Evolutiva, que aunaba aproximaciones desde muy diversos campos científicos (Genética, Paleontología, Citología, Ecología, Sistemática, Biogeografía, etc...). Uno de los problemas existentes en ese momento era la imposibilidad de aplicar la visión gradualista de la evolución al registro fósil, tan cargado de variaciones bruscas y largos periodos de estabilidad. Smpson propuso la existencia de variaciones en las tasas evolutivas de diferentes poblaciones, lo cual podría permitir grandes cambios evolutivos en tiempos muy cortos y sin dejar apenas ninguna evidencia en el registro fósil. Es lo que llamó "evolución cuántica", pudiéndose considerar una idea precursora del equilibrio puntuado. El libro de Simpson supuso una primera aproximación entre los campos de la macroevolución, tal como se entiende a partir de los patrones observados en el registro fósil, y la microevolución derivada de los estudios de genética de poblaciones. Junto a Mayr, Haldane, Rensch, Stebbins o Dobzhansky, entre otros, se convirtió en uno de los principales "arquitectos" de las nuevas ideas que marcarían el desarrollo de las investigaciones evolutivas de las siguientes décadas.


A su regreso a los Estados Unidos fue nombrado director del recién reformado Departamento de Geología y Paleontología del Museo Americano de Historia Natural y también se hizo cargo de una posición como profesor de Paleontología de Vertebrados en la Universidad de Columbia, Nueva York. En 1946 participó en la fundación de la "Society for the Study of Evolution", de la cual fue nombrado presidente.

En 1951 publicó "Horses" donde rompía con la tradicional visión lineal acerca de la evolución de los caballos. En su lugar, él propuso una historia evolutiva compleja y más parecida a un árbol profundamente ramificado. Estas ramificaciones se correspondían a la adaptación de diferentes poblaciones a distintos ambientes o a la dispersión en diversas áreas geográficas.

En 1959 renunció a su puesto en Nueva York para ocupar una posición en el Museo de Zoología Comparativa de la Universidad de Harvard. Tanto ese año como el antrior se celebraba el primer centenario de la exposición pública de la teoría de la evolución basada en la selección natural y de la publicación del "Origen de las Especies" de Darwin, lo cual supuso un nuevo motivo de exposición pública para Simpson, que incluso recibió la Medalla Conmemorativa Darwin-Wallace de la "Linnean Society" en Londres, en las mismas salas donde un siglo antes se había expuesto la nueva teoría evolutiva desarrollada conjuntamente por Darwin y Wallace.

En los siguientes años realizó numerosos viajes para visitar colecciones de museos en todo el mundo y recibió múltiples honores. Siguió trabajando incansablemente y uno de sus trabajos más conocidos de esa época es "Species density of North American recent mammals", donde estipula las razones ecológicas de la diferente abundancia de especies de mamíferos en distintas partes del continente norteamericano.

En 1967 se trasladó a Tucson, donde ocupó una posición como profesor de Geociencias en la Universidad de Arizona. Sus actividades se limitaban a una pocas clases y unas reuniones semanales con estudiantes y profesores interesados en diversas cuestiones sobre Evolución. Su ritmo de trabajo no decayó y continuó publicando libros, ensayos y artículos sobre mamíferos cenozoicos, fauna sudamericana, pinguinos, Darwin, o fósiles y la historia de la Vida, así como su autobiografía.

Durante la última década de su vida, Simpson terminó por convertirse en una memoria de su pasado, a medida que nuevas ideas evolutivas se abrían camino y el campo científico al que había dedicado toda su vida cambiaba una vez más.